Hace un par de meses la inocencia de mi mundo se resquebrajó cuando unos amigos me hicieron participes de la existencia de 4chan. Sí, lo admito, no conocía 4chan. Sobra decir que soy el tecno-fílico más tecno-fóbico que hay. Cómo fue descrito en aquella ocasión, “una vez que caíste en 4chan, has caído en el fondo de Internet”. El segundo candidato al título de Fondo de Internet en esa conversación resultó ser Chatroulette.
Pese a las advertencias de mis amigos, o mejor dicho, debido a sus insistentes recomendaciones, decidí aventurar un vistazo a esta página. Después de todo soy Ingeniero en Sistemas y mi integridad profesional exige que tenga conocimiento básico para al menos saber de qué me están hablando.
Armado de valor y de una taza de café abrí Chrome, e introduje en la barra de direcciones www.4chan.org. La página principal se me ocurrió bastante inocua, yo esperaba los típicos banners XXX que plagan a las fuentes de conocimiento gratuito. Incluso me agradó la idea del filtro de foro donde puedes filtrar para que te muestre: todos los foros, solo foros para adultos o solo los foros que podrías ver en el trabajo. Me decidí por el foro Video Games e hice click.
Media hora después lejos de ser más sabio creo haber perdido una cantidad considerable de neuronas. Admito que algunos comentarios y/o imágenes me hicieron reír, pero por lo general, si me preguntan por una descripción de 4chan respondería: Un lugar donde la información se encuentra encriptada con un complicado algoritmo de diatribas, mentadas de madre y deseos calenturientos, cuyo grado de explicites aumenta progresivamente según se acerque uno a los foros para adultos.
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